Enoturismo frente al cambio climático

El enoturismo es una modalidad de turismo que consiste en visitar zonas vitivinícolas para conocer su cultura, su historia, su gastronomía y, por supuesto, sus vinos. El enoturismo es una forma de diversificar la oferta turística, de generar desarrollo rural y de promover la sostenibilidad ambiental y social.

Sin embargo, el enoturismo se enfrenta a un gran desafío: el cambio climático. El calentamiento global es un fenómeno que afecta a todos los sectores y regiones del planeta, pero que tiene un impacto especialmente significativo en la agricultura y la viticultura.

Que hace el cambio climático

El cambio climático provoca un aumento de las temperaturas medias, una mayor variabilidad e intensidad de las precipitaciones, una mayor frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos (sequías, heladas, granizadas, etc.), una alteración de los ciclos biológicos de las plantas y una mayor incidencia de plagas y enfermedades.

Estos efectos tienen consecuencias negativas sobre la calidad y la cantidad de la producción de uva y de vino, así como sobre la tipicidad y la identidad de los vinos de cada región. Además, el cambio climático también afecta a la demanda turística, ya que puede modificar las preferencias y los hábitos de los viajeros, así como las condiciones de accesibilidad y seguridad de los destinos.

Como cuidar el enoturismo

Ante este escenario, el enoturismo debe adaptarse y mitigar el cambio climático, mediante la implementación de medidas que reduzcan su vulnerabilidad y su huella ecológica. Algunas de estas medidas son:

• La innovación tecnológica y la gestión eficiente del agua y la energía en las bodegas y los alojamientos turísticos.
• La adaptación varietal y el manejo sostenible del viñedo, mediante la selección de variedades más resistentes al estrés hídrico y térmico, el uso de técnicas de cultivo ecológico o integrado, la conservación del suelo y la biodiversidad, etc.
• La diversificación de la oferta enoturística, mediante la incorporación de actividades complementarias al vino, como el patrimonio cultural, natural o gastronómico, el turismo activo o el turismo de salud y bienestar.
• La sensibilización y la educación ambiental de los agentes implicados en el enoturismo, tanto los productores como los prestadores de servicios turísticos y los propios visitantes.

Enoturismo, una forma sana de ver el mundo

El enoturismo es una oportunidad para el desarrollo rural sostenible, pero también una responsabilidad para contribuir a la lucha contra el cambio climático. Por ello, es necesario que el enoturismo se adapte y mitigue este fenómeno global, con el fin de garantizar su viabilidad presente y futura.

Nosotros cuidamos el medio ambiente, ¿y tu?

En Bodegas Araico cuidamos del medio ambiente. Nuestra forma de elaborar el vino anima a ser responsables y sostenibles con nuestros viñedos. Visita a la Familia Araico y conoce Villabuena de Alava, un pueblo concienciado con en el cuidado de la tierra y arraigado en la vitivinicultura.

 

 

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